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Pues gente extraña me ataca;
    tratan de matarme los violentos,
    gente que no tiene en cuenta a Dios. Selah

Pero Dios es mi socorro;
    el Señor es quien me sostiene,
y hará recaer el mal sobre mis adversarios.
    Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos!

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